Las patatas no tienen una buena reputación dentro de la dieta saludable, se les relaciona con el aumento de peso y con provocar un mayor riesgo de diabetes tipo dos. Es por esto por lo que en ocasiones se le suele alistar entre los alimentos que se deben evitar especialmente si las personas sufren de resistencia a la insulina o a aquellos que están en dieta. Sin embargo, una nueva investigación podría echar abajo los argumentos contra este tubérculo.
Los datos nutricionales de las patatas
Este tubérculo tiene un alto contenido en hidratos de carbono mayormente en forma de almidón y una pequeña proporción de fructosa, glucosa y sacarosa. Su aporte calórico es 88 kcal por cada 100 g de patatas, explicando por qué es uno de los vegetales con mayor contenido de almidón.
Son una buena fuente de vitamina C, aunque una buena parte de ella puede perderse durante el proceso de cocción. Para preservar las bondades de las patatas aconsejan cocinarla al vapor o al horno en papel de aluminio.
Aporta minerales como hierro, fósforo y magnesio siendo los aportes de potasio lo más significativo con un 25%. Todos estos elementos al ser acompañados con escaso contenido de sodio, convierte a las patatas en un alimento recomendable para las afecciones cardiovasculares o en los casos de hipertensión por sus propiedades diuréticas y vasodilatadoras.
Un aliado en la dieta saludable
La investigación publicada en el Journal of Medical demostró que contrario a la creencia popular las patatas no tienen un impacto negativo en los niveles de glucosa en la sangre. Cándida Rebello profesora asistente en Bennington Biomedical y una de las autoras de la investigación afirmó que las personas que participaron en el estudio incluso habían perdido peso.
Los participantes fueron alimentados por dietas controladas compuestas por alimentos comunes como frijoles, guisantes, carne, pescado o patatas blancas con carne o pescado. Ambas dietas tenían alto contenido de verduras y frutas y sustituyen el 40% del consumo típico de carne con papas o frijoles.
Rebello explicó que al preparar las patatas de una forma que optimiza su contenido de fibra, al final se comparó la dieta con patatas con una dieta con frijoles y guisantes y se demostró que era igual en términos de beneficio para la salud. Los nuevos datos sobre el impacto de las patatas en el metabolismo derrumban las creencias populares sobre este tubérculo y que puede servir precisamente para abordar una mayor investigación.