“Dormir poco puede hacer que las personas estén menos dispuestas a ayudar a los demás
, incluso cuando la pérdida del sueño es colectiva como es el caso de un cambio de horario”. Así lo informó un estudio de la Universidad de California en Berkeley Estados Unidos.
Los investigadores descubrieron que una pérdida del sueño hace que las personas retiren su deseo de ayudar a otros, un comportamiento que está relacionado a una menor actividad en la red cognitiva prosocial de nuestro cerebro.
Dormir poco degrada el tejido de la sociedad humana
El equipo encabezado por Matthe Walker y Ben Simon examinó en 3 experimentos como el dormir poco afecta el comportamiento humado de prestar ayuda a los demás. En el primer experimento, 24 personas se sometieron a una resonancia después de 8 horas de sueño y luego a otra después de una noche sin dormir. En el segundo caso las redes del cerebro que entran en función cuando las personas empatizan con otra e intentan comprender sus deseos y necesidades estaban menos activas.
Uno de los autores de la investigación afirmó que esa “red del cerebro estaba notablemente deteriorada, como si no respondiera cuando el individuo intentaba interactuar con otras personas después de no haber logrado dormir lo suficiente”, enfatizó.
Dormir mal en detrimento de la disposición de ayudar a otros
Los investigadores analizaron a más de 100 personas durante 3 o cuatro noches para medir la cantidad y calidad del sueño y así determinar si su deseo de ayudar a otros había sido afectado. Entre otras cosas midieron la disposición a sostener la puerta de un ascensor, ayudar a un extraño herido en la calle o simplemente hacerse voluntario en algo.
Los que pasaron una mala noche expresaron tener menos disposición de querer ayudar a los demás al día siguiente. Esta investigación concluyó que el dormir poco además de afectar el bienestar físico y mental de las personas, también va en detrimento de la sociedad humana al afectar directamente a las relaciones con los demás.
Por su parte, un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia descubrió que el 72% de los casos de enfermedad coronaria y accidentes cerebrovasculares podrían evitarse cada año con un mejor descanso. Según la Organización Mundial de la Salud tan solo el 10% de los adultos a nivel mundial duermen la cantidad de horas recomendadas entre 7 y 8 horas al día.