Comprar un ordenador portátil puede ser una tarea exasperante. En este artículo, te enseñamos cómo analizar las siglas, las opciones de almacenamiento y las funciones adicionales para comprar la laptop que mejor se adapta a tus necesidades.
Elegir la computadora portátil adecuada puede ser complicado. Hay tantas opciones en términos de tamaño, configuración, diseño y costo, que resulta difícil decidirse. No conviene darse prisa en comprar una porque es una inversión importante que debería durar mucho tiempo.
Esta guía te ayudará a entender qué es importante a la hora de elegir una computadora portátil. También te daremos algunas sugerencias para asegurarte de que elijas la correcta desde el principio.
Lo que necesitas saber antes de comprar una laptop
Comprar una laptop es un ejercicio de confusión. Incluso si sabes lo que significa todo y sabes exactamente lo que quieres, encontrarlo puede ser difícil. Desglosamos la jerga e intentamos explicar las cosas a un nivel práctico.
Primero, elige tu sistema operativo
Antes de empezar a buscar un portátil, debes determinar qué sistema operativo (OS) funciona mejor para tus necesidades. Pensar en qué programas necesitas ejecutar y en qué sistemas operativos lo ejecutas te ayudará a determinar el hardware que necesitas. Hay cuatro sistemas operativos principales para ordenadores: Windows, MacOS, Chrome OS y Linux.
Comprender los nombres de los procesadores (CPU)
Una vez que sepas qué sistema operativo quieres y tengas una idea del software que vas a ejecutar, podrás determinar las especificaciones mínimas de hardware que necesitarás. Lo primero que debes revisar es el procesador, también conocido como chip o CPU, que es esencialmente el cerebro de tu laptop. Controla todo, desde la velocidad con la que se cargan las aplicaciones hasta la capacidad de realizar varias tareas al mismo tiempo. Existen, a efectos prácticos, dos principales fabricantes de procesadores para portátiles de consumo: Intel y AMD. Los procesadores más nuevos son más rápidos y eficientes que los antiguos, pero no se trata solo de conseguir el modelo más reciente, sino de adaptar la potencia del procesador a las necesidades específicas de tu uso.
Si solo vas a jugar juegos casuales en tu portátil, mirar videos, navegar por la web, revisar tu correo electrónico y también jugar algunos videojuegos casuales, entonces un Core i3 de Intel o un Ryzen 3 de AMD será suficiente.
Por otro lado, si lo que necesitas son aplicaciones de productividad, como ejecutar Microsoft Office y Google Docs o Zoom para reuniones, o simplemente edición ligera de fotografías, es una buena idea conformarse con un procesador de rango medio: Intel Core i5 o AMD Ryzen 5.
Estos procesadores están hechos para realizar múltiples tareas a la vez, por lo que no tendrás problemas para cambiar de aplicación porque eso no ralentizará tu sistema.
Para tareas tan exigentes como las que se realizan en juegos, edición de video, diseño gráfico o programación, una CPU como Intel Core i7 o AMD Ryzen 7 será mucho más eficiente. Son rápidos y muy capaces de realizar múltiples tareas para producir aplicaciones de software exigentes sin interrupciones. Si eres de los que se dedica a los juegos y hace renderizado 3D, lo mejor es que optes por un Intel Core i9 o AMD Ryzen 9. Están diseñados para cargas de trabajo pesadas y pueden gestionar fácilmente programas complejos.
Memoria (RAM) necesaria para realizar múltiples tareas de forma más fluida
Un aspecto importante a tener en cuenta a la hora de comprar un ordenador es la RAM. La RAM almacena datos temporales de las aplicaciones que usas en tu ordenador. Cuanto mayor sea la RAM, más datos podrá manejar, lo que permitirá que tu portátil funcione con mayor fluidez.
Puedes pensar en la RAM como tu espacio de trabajo. Si tu espacio de trabajo es pequeño y estrecho, las cosas pueden volverse un caos. Lo mismo se aplica a la RAM: con menos RAM, no puedes realizar muchas tareas simultáneamente. Es posible que tengas dificultades para abrir varias pestañas en tu navegador web y tu computadora portátil podría congelarse.
Por lo general, 4 GB de RAM son suficientes para ejecutar tareas básicas como navegar por Internet o hacer streaming. Sin embargo, suele ser una cantidad demasiado limitada para realizar varias tareas a la vez y ejecutar aplicaciones que consumen muchos recursos, especialmente en Windows.
Para el usuario promedio, 8 GB de RAM es ideal. Debería ser suficiente para ejecutar varias pestañas del navegador, manejar aplicaciones de oficina o realizar ediciones ligeras de fotos o vídeos. Esta configuración ofrece un buen equilibrio entre confiabilidad y asequibilidad, lo que la hace adecuada tanto para estudiantes como para profesionales.
Si eres un usuario avanzado, 16 GB de RAM son suficientes. Esta cantidad de RAM permite un rendimiento fluido, incluso al manejar tareas complejas o archivos grandes.
Para quienes realizan trabajos de alto nivel, como renderizado 3D, aprendizaje automático o producción de videos a gran escala, se necesitan 32 GB de RAM o más. Esta capacidad proporciona suficiente memoria para aplicaciones complejas, que pueden consumir muchos recursos.