Cientos de personas a nivel mundial se sorprenden del nivel de fatiga que experimentan durante y después de la infección por Covid-19. Entendemos que la fatiga es más que simplemente estar agotado o con sueño. Se trata de un cansancio excesivo que persiste a pesar de dormir bien o descansar más tiempo.
Cuando hablamos de fatiga hablamos de un término amplio que puede referirse a la fatiga mental, física o emocional o cualquier combinación de estas. Su principal diferencia con el simple cansancio es que la fatiga persiste incluso después de que alguien haya dormido bien o descansado más. En el caso del Covid-19 puede haber un mayor nivel de fatiga por la fuerte respuesta inmunológica de nuestro cuerpo al virus.
Un problema extendido en el post Covid-19
Una revisión de una veintena de estudios arrojó que entre el 13% y el 33% de los pacientes experimentaron fatiga entre las 16 y 20 semanas después de que comenzaron los síntomas del coronavirus. Esto demuestra que es un problema generalizado en diversas partes del mundo.
Se ha relacionado la fatiga con el Long COVID. Este término se refiere a aquellos pacientes que presentan un grupo de síntomas debilitantes meses después de haber superado la infección. Según estudios alrededor del 85% de los pacientes con COVID prolongado tienen cansancio extremo. Pero es digno de mención que cuando hablamos de este fenómeno también incluye una variedad de otros síntomas como dolor de cabeza, dolores musculares y niebla mental.
¿Cómo controlar la fatiga?
Hay que tomar en cuenta que es muy probable que nosotros o algún ser querido puedan desarrollar fatiga luego de haber superado la infección por coronavirus. Esto es independiente de que tan mal nos sentimos durante la infección. A continuación, algunas cosas que nos pueden ayudar a ir controlando nuestra fatiga:
- Dele prioridad al descanso: es necesario poder dormir lo suficiente a fin de que el cuerpo conserve energía y logre curarse. De ahí que los especialistas recomiendan tener un horario estricto para acostarse, así como es importante detenerse a descansar cuando se siente agotado durante el día. No se sienta culpable por dormir tanto.
- Controle su ritmo: hay que ser realista y entender que el regreso a las actividades normales va a depender de nuestro nivel de energía. Debemos ir eligiendo las prioridades y concentrarnos en ellas y posteriormente incluyendo otras actividades.
- Mantenga una buena alimentación: es cierto que el COVID puede afectar nuestro olfato, gusto y apetito, no obstante, hay que recordar que los alimentos además de ser una fuente de placer ayudan a nuestro cuerpo a obtener energía y nutrientes que necesita para sanar. Así que hay que comer alimentos nutritivos, aunque no nos provoquen del todo.
- Vuelve a hacer ejercicio: es bueno regresar gradualmente el ejercicio pues esto nos puede ayudar a recuperar nuestra normalidad. Ahora bien, quizás es necesario al comienzo contar con algo de apoyo, así que podemos pedirle una recomendación a nuestro médico o apoyarnos en algún terapeuta profesional.
- Controle la fatiga: algo que se ha recomendado es poder llevar un diario en el cual anotemos cuáles son los días buenos y los días malos. Esto nos permitirá controlar la proporción de días buenos o malos y si estamos retrocediendo podemos acudir a un profesional de la salud.