El asma es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se caracteriza por la inflamación de las vías respiratorias y la obstrucción del flujo de aire, lo que puede provocar síntomas como tos, sibilancias, falta de aire y opresión en el pecho. A pesar de los avances en el tratamiento de ella una gran cantidad de pacientes tienen un mal control sobre la enfermedad.
La falta de adherencia al tratamiento el principal aliado del asma
Según la Organización Mundial de la Salud, el asma afecta a unos 235 millones de personas en todo el mundo, y se estima que causa alrededor de 250,000 muertes cada año. A pesar de que existen tratamientos efectivos para el asma, muchos pacientes no logran controlar adecuadamente la enfermedad.
Uno de los principales motivos por los que muchos pacientes con asma tienen un mal control sobre la enfermedad es la falta de adherencia al tratamiento. El tratamiento del asma suele incluir el uso de inhaladores y otros medicamentos, así como la adopción de medidas para controlar los factores desencadenantes del asma, como el humo del tabaco, la contaminación del aire y las alergias.
Sin embargo, muchos pacientes tienen dificultades para seguir el tratamiento de forma constante y adecuada, lo que puede provocar un empeoramiento de los síntomas y una mayor frecuencia de las exacerbaciones.
La falta de educación
Otro factor que contribuye al mal control de la enfermedad es la falta de educación y comprensión sobre la misma. Muchos pacientes no comprenden la naturaleza crónica de este mal y la necesidad de un tratamiento continuo, y pueden subestimar la gravedad de sus síntomas y la importancia de seguir las recomendaciones de su médico. Además, algunos pacientes pueden tener dificultades para identificar los factores desencadenantes de sus síntomas y para adoptar medidas adecuadas para controlarlos.
Además, existen otros factores que pueden afectar al control del asma, como la falta de acceso a la atención médica, la presencia de otras enfermedades crónicas que pueden interferir con el tratamiento, y la falta de apoyo social y emocional.
No cabe duda, el asma es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. A pesar de los avances en el tratamiento de la enfermedad, muchos pacientes tienen un mal control sobre la enfermedad, lo que puede provocar un empeoramiento de los síntomas.