Un estudio de la universidad de Harvard publicado en Nature Neuroscience, determinó que el ántrax, un infame y temido microbio, puede mitigar múltiples tipos de dolor en los animales. El ántrax es mundialmente conocido por generar graves infecciones pulmonares en los seres humanos y por ser utilizada en ocasiones como armas terroristas. No obstante, ahora podría servir para aliviar el dolor en animales.
Según Los investigadores el microbio del ántrax tiene una toxina que puede silenciar el dolor. Afirmaron que la toxina altera la señalización en las neuronas que detectan el dolor. De manera que cuando es administrada de forma selectiva en las células del sistema nervioso periférico y central, puede mitigar el dolor.
¿Por qué se necesitan alternativas para mitigar el dolor?
Actualmente los analgésicos más eficaces del mercado son los opioides, sin embargo, tienen efectos secundarios muy negativos, además, pueden provocar adicción. Nicole Yang investigadora de Harvard, afirma que hay una gran necesidad clínica de crear terapias de dolor no opiáceas que no sean adictivas, pero al mismo tiempo eficaces.
Los investigadores aspiran que, con la nueva técnica a partir de la toxina del ántrax, se desarrollen nuevos tratamientos de dolor que actúen con precisión sobre los receptores del dolor pero que al mismo tiempo no afecten al resto del organismo, como sí lo hacen los fármacos opioides.
El ántrax como tratamiento contra el dolor
Los investigadores combinaron distintos tipos de carga molecular con partes de la toxina del ántrax y la administraron en las neuronas que detectan el dolor. El investigador principal del estudio Isaac Chiu afirmó que la técnica consiste en utilizar una toxina bacteriana para introducir sustancias en las neuronas responsables del dolor. De esta forma se puede modular su función y silenciarlas.
Aunque el equipo de trabajo afirma que aún deben hacerse más estudios con animales y posteriormente con humanos, se muestran optimistas. Consideran la oportunidad, al menos teórica, de que con dicha técnica pueden dirigirse específicamente a las neuronas del dolor con esta toxina bacteriana.
El estudio determinó que las toxinas de la bacteria se enfocan en las neuronas del dolor pues estas tienes receptores especiales para esta toxina, mientras que otros tipos de neuronas no. En pocas palabras las fibras del dolor están estructuralmente diseñadas para interactuar con la bacteria del ántrax.
De esta forma descubrieron que esta técnica es muy selectiva y eficaz a la hora dirigirse a las fibras del dolor y bloquearlos sin efectos sistémicos generalizados. Adicionalmente, observaron que las células nerviosas tratadas con ántrax se mantenían físicamente intactas, lo que indica que el bloqueo del dolor no es producto de una lesión de las células nerviosas sino una alteración de la señalización en su interior.