Roberto Fuentes Contreras, académico de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) considera que el dólar seguirá fortaleciéndose. Esto ante la probabilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos aumente sus tasas de interés como consecuencia de los niveles históricos de inflación que atraviesa el país.
La Reserva Federal de Estados Unidos a través de su presidente Jerome Powell afirmó que la inflación ya no se le puede catalogar como transitoria. Señaló que han aumentado los riesgos de que sea persistente. Estados Unidos registró en octubre una inflación del 5%, la más alta en las últimas tres décadas.
Impacto para México
Fuentes Contreras explicó que de elevarse las tasas de interés en Estados Unidos se necesitará de una pronta respuesta del Banco de México a fin de mantener estable la tasa de cambio peso-dólar. Según su parecer el Banxico debería ajustar su propia tasa de interés a fin de evitar la depreciación del peso.
El académico aclaró que lo que ha permitido que México tenga un tipo de cambio estable ha sido la política monetaria de Estados Unidos. Fuentes considera que es súper laxa, incluso donde las tasas de interés se mantienen negativas cuando se descuenta la inflación.
Es un hecho que muchas personas se sienten atraídas a invertir en bonos mexicanos, pero si la Reserva Federal de Estados Unidos aumenta las tasas de interés esto podría cambiar. El académico sostiene que, llegado el caso, las personas se sentirían atraídas a invertir en dólares más bien que en pesos.
Al aumentar las tasas de interés del dólar, menor crecimiento en México
Fuentes afirmó que de elevarse la tasa de interés en Estados Unidos impactaría negativamente en la economía mexicana. Explicó que había al menos dos razones: en primer lugar, que, al aumentar las tasas de interés en Estados Unidos, se vería afectada negativamente la economía de ese país que está íntimamente relacionado con la economía mexicana.
Y por otro lado que el banco de México también debería aumentar sus tasas de interés para evitar la depreciación del peso ante el dólar. Por lo que habría menos estímulo para el consumo y menos crecimiento económico. Además, está la incertidumbre creciente sobre la variante del virus del COVID-19, Ómicron que podría generar más restricciones a la movilidad y aumentar la inflación en el mundo.