Los problemas para conciliar el sueño son mucho más frecuentes de lo que podemos pensar y las razones pueden ser muy variadas, sin embargo, con una buena educación sobre los hábitos que debemos adquirir y evitar podremos lograr descansar a la hora de dormir. Según la Clínica Mayo, haciendo algunas modificaciones a la rutina nocturna venceremos los problemas para conciliar el sueño.
Consejos para conciliar el sueño
En primer lugar, es necesario tener horarios para dormir, esforzándonos por no sobrepasar el límite. Si repetimos la rutina día tras día, es decir, si nos acostamos y despertamos siempre a la misma hora lograremos controlar los horarios del sueño y vigilia del cuerpo.
Es importante crear una atmósfera de relajación, dicho de otra forma, hacer algunas actividades relajantes que ayudan a conciliar el sueño cómo tomar una ducha nocturna, leer algún libro o usar alguna otra técnica de relajación. También se recomienda despegarnos de los dispositivos electrónicos al menos una hora antes de ir a la cama.
Vigila lo que comes antes de dormir. Para conciliar el sueño es vital que acostumbremos al cuerpo a estar satisfecho más no lleno. Tanto el hambre como la indigestión o llenura lo van a mantener despierto.
Evita o controla el estrés. Niveles altos de estrés favorecen la preocupación por las noches por lo que interfiere con el sueño. Algo que nos ayuda a reducir los niveles de estrés es crear la rutina de anotar las tareas pendientes para el otro día e intentar salir de ellas durante el día y las que no se ha podido realizar dejarla para otro día a fin de que vayamos despejados a la cama.
La importancia de ejercitarse a diario. La actividad física ayuda a conciliar el sueño, pero hay que evitar ejercitarse antes de acostarse pues podría conseguir el efecto contrario.
Pon límites a las siestas durante el transcurso del día. Si tenemos problemas para conciliar el sueño se desaconseja siestas que duren más de 30 minutos al día pues podrían interferir en el tiempo de sueño nocturno.
Está más que comprobado que no dormir bien tiene un impacto negativo en nuestra salud por lo que podemos llegar a sentirnos irritados y cansados durante el día e incluso favorece enfermedades crónicas a medida que vayamos envejeciendo. Incluso según los centros para el control y la prevención de enfermedades de Estados Unidos los adultos que no duermen la cantidad de horas sugeridas al día tienen más probabilidades de tener dificultad para realizar las tareas diarias.